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MARKETING MÉDICO ÉTICO:
CÓMO SER VISIBLE SIN VIOLAR LA DEONTOLOGÍA.
¡Gusto en saludarte!
Si aun no nos conoces, somos MedImpulso, una Agencia de Marketing especializada en el Sector Salud. No hacemos marketing tradicional, hacemos Marketing Médico. Contamos con certificaciones y diplomados internacionales y 10 años de experiencia para apoyar a profesionales que necesitan potenciar su marca personal a través de estrategias seguras, efectivas y alineadas con el código ético.
ENTRAMOS EN MATERIA:
Recientemente, La Federación Médica Venezolana (FMV) advirtió que aplicará sanciones disciplinarias y hasta la suspensión del ejercicio profesional a quienes incurran en “prácticas comerciales y publicitarias” de los servicios de salud. Comunicado difundido el pasado 21 de agosto.
Queremos dar nuestra humilde opinión al respecto, ya que hemos visto a muchos profesionales perder el enfoque en relación al marketing que hacen (por razones varias), pero, lo que más nos preocupa, es que muchos canales de noticias sacaron de contexto el comunicado.
¿Realmente entendiste lo que esto significa para tu práctica?
¿EL COMUNICADO DE LA FMV TE HIZO PENSAR EN CERRAR TUS REDES?
El reciente comunicado de la FMV ha generado una ola de incertidumbre entre los profesionales de la salud. Sin embargo, estas directrices no son nuevas. Asumimos que están fundamentadas en un artículo crucial publicado en 2023: “Aspectos Bioéticos de la Publicidad Médica en Medios Digitales y Redes Sociales” (Gac Méd Caracas 2023;131(4):1039-1048). Este documento no es una prohibición, sino una hoja de ruta esencial para navegar el mundo digital sin violar los principios deontológicos.
El comunicado busca proteger la dignidad de la profesión y al paciente. No es lo mismo “Ser Visible” que “Mercantilizar la Salud”.
¡ACLAREMOS DUDAS! ¿QUÉ PROHÍBE LA FMV?
(HAZ CLIC EN CADA OPCIÓN PARA VER LOS DETALLES)
Esta práctica trivializa y comercializa la salud, tratándola como un producto más en el mercado. Un acto médico (una cirugía, un tratamiento) no es comparable a un servicio de telefonía o un paquete de vacaciones. Estas tácticas de marketing pueden presionar a pacientes vulnerables a tomar decisiones basadas en el costo y no en una indicación médica real y necesaria, pudiendo someterse a riesgos innecesarios.
Supone que infringe los principios de: Justicia (porque privilegia el acceso por suerte o capacidad económica sobre la necesidad clínica), No Maleficencia (al poder incentivar procedimientos innecesarios) y Autonomía (al condicionar la decisión con una oferta financiera irresistible).
Utilizar términos como “cura definitiva”, “resultados 100% garantizados” o “efecto inmediato y sin esfuerzo” es profundamente antiético. La medicina es una ciencia con probabilidades, riesgos y limitaciones. Este tipo de publicidad se aprovecha de la desesperación y la vulnerabilidad de las personas, creando expectativas falsas que, cuando no se cumplen, generan una doble victimización: la física por la enfermedad y la psicológica por la decepción.
Supone que infringe los principios de: Veracidad (es una mentira directa) y No Maleficencia (causa un daño psicológico y económico, y aleja al paciente de tratamientos verdaderamente efectivos).
La imagen de un paciente, ya sea en formato de “antes y después”, en redes sociales o en material promocional, es un dato personal sanitario de carácter especialmente protegido. Su uso sin un consentimiento explícito, específico, informado y revocable es ilegal y éticamente reprobable.
El problema con los “Antes y Después”: Este formato, aunque muy efectivo para el marketing, es particularmente delicado. Nunca deben utilizarse imágenes de “antes y después” sin el consentimiento expreso y por escrito del paciente. Este consentimiento debe detallar exactamente dónde, cómo y por cuánto tiempo se utilizará la imagen. Incluso con consentimiento, se debe actuar con extremo cuidado, evitando crear expectativas irreales, ya que los resultados son individuales y no garantizados. Un paciente en situación de vulnerabilidad (por ejemplo, sometido a una cirugía o con una autoestima muy baja) no está en condiciones de dar un consentimiento realmente libre e informado para el uso de su imagen.
Supone que infringe los principios de: Confidencialidad (pilar fundamental de la relación médico-paciente) y Autonomía (al no respetar su derecho a decidir sobre su propia imagen e información).
Que personas sin formación médica (influencers, celebridades) o médicos que actúan más como showmen que como profesionales promocionen tratamientos, productos (suplementos, cremas, dispositivos) o estilos de vida como “terapéuticos” sin evidencia científica que los avale. Su autoridad no proviene del conocimiento, sino del número de seguidores, lo que confunde y desinforma al público, que no puede distinguir entre un consejo válido y un patrocinio pagado.
Supone que infringe los principios de: Veracidad (al difundir pseudociencia) y No Maleficencia (al promover prácticas que pueden ser inútiles o incluso peligrosas, retrasando la búsqueda de atención médica real).
Un conflicto de interés existe cuando el juicio profesional de un médico podría verse influenciado por un beneficio secundario (económico, de reputación, etc.). Ocultar que se recibe financiación, comisiones o regalíos de una farmacéutica, una clínica o un fabricante de tecnología médica socava la confianza del paciente y la colegialidad. La recomendación de un tratamiento o un dispositivo debe basarse únicamente en su eficacia y en el bienestar del paciente, no en un incentivo económico para el médico.
Supone que infringe los principios de: Integridad Profesional y Beneficencia (al poner el interés propio por delante del interés del paciente). La transparencia es la única herramienta para gestionar estos conflictos, no ocultarlos.
CONCLUSIÓN INTERPRETATIVA:
Desde el punto de vista de la FMV, estas prácticas no son simples “errores de marketing”; representan una corrosión de los valores fundamentales de la medicina. Priorizan el beneficio comercial sobre el bienestar del paciente, erosionan la credibilidad de toda la profesión y explotan la vulnerabilidad de quienes buscan ayuda, lo cual es moralmente inaceptable.
EL DEBER SER Y SUS BENEFICIOS: UN MARCO ÉTICO PARA LA VISIBILIDAD MÉDICA
La visibilidad digital en medicina no se trata de promocionar, sino de educar, conectar y generar confianza. Sin embargo, este es el punto donde muchos profesionales pierden el enfoque. A continuación, te compartimos consejos clave para lograrlo con rigor ético y profesional.
La profesión médica tiene una inherente obligación de servicio hacia la sociedad. Esto trasciende la consulta e implica compartir conocimiento veraz, comprensible y basado en la evidencia para empoderar a las personas en el cuidado de su salud, fomentando la prevención y desmintiendo la desinformación.
Al asumir este rol de educador, se construye una relación de confianza profunda con la comunidad. Los pacientes potenciales llegan mejor informados, lo que facilita la consulta y fomenta una relación médico-paciente colaborativa. Se establece una reputación de integridad y generosidad, que es el fundamento de una práctica sostenible.
Es responsabilidad del profesional profundizar en su campo y contribuir a su avance, compartiendo su conocimiento especializado no solo con colegas, sino también con el público. Esto implica explicar la complejidad de su especialidad, sus avances y su valor de forma accesible, actuando como una fuente fiable de información.
Este posicionamiento atrae de manera natural a pacientes que buscan soluciones específicas y de alta calidad, así como el reconocimiento y respeto de otros profesionales, lo que puede derivar en interconsultas y colaboraciones. Se diferencia al profesional como un referente, no como un proveedor más.
La deontología exige que el paciente pueda encontrar al profesional más adecuado para sus necesidades de manera clara y transparente. Esto implica asegurar que la información sobre la práctica (ubicación, servicios, especialidades) sea fácilmente accesible, precisa y útil para quien la busca, facilitando el acceso a una atención médica pertinente.
Se conecta eficientemente a las personas que necesitan ayuda con el profesional que puede brindársela, cumpliendo con el principio de justicia al mejorar el acceso. Para la práctica, significa una afluencia constante de pacientes cuyo perfil coincide exactamente con los servicios ofrecidos.
La transparencia es un pilar de la relación médico-paciente. Un perfil profesional debe reflejar fielmente la formación, experiencia, filosofía de cuidado y valores del profesional, sirviendo como una ventana transparente a su práctica incluso antes del primer contacto.
Genera un capital de confianza invaluable. Reduce la ansiedad del paciente potencial y allana el camino para una primera consulta basada en la seguridad y el respeto, lo que sienta las bases para una relación terapéutica sólida y duradera.
El liderazgo se ejerce demostrando conocimiento y compromiso con la verdad. Escribir sobre la propia especialidad permite abordar temas con la profundidad que merecen, aclarar dudas comunes y demostrar un pensamiento crítico y actualizado, lo que es una extensión natural del quehacer médico.
Atrae a un público ya interesado e informado, que valora la profundidad del conocimiento. Este paciente suele estar más comprometido con su tratamiento y valora la experiencia profesional, lo que conduce a relaciones clínicas más satisfactorias y efectivas para ambas partes.
La medicina debe basarse en la calidad de la atención, la seguridad y los resultados clínicos, nunca en una guerra de precios que trivialice el acto médico. El enfoque debe estar en comunicar y demostrar el valor único de la experiencia y el cuidado profesional que se ofrece.
Se construye una base de pacientes leales que comprenden que su salud es una inversión prioritaria. Esto genera una práctica profesional económicamente estable y emocionalmente gratificante, libre de la presión de competir mediante tácticas comerciales agresivas, y centrada en lo más importante: los resultados en salud.
El profesional de la salud debe dedicar su tiempo y conocimiento especializado al acto médico, que es su núcleo de acción primordial. Delegar la estrategia de comunicación y visibilidad a expertos que comprenden a profundidad tanto los marcos legales y deontológicos del sector salud como las dinámicas digitales, es una decisión prudente y estratégica. Esta colaboración asegura que la comunicación sea efectiva pero siempre dentro de los parámetros éticos más rigurosos, protegiendo la integridad del profesional y de la profesión.
Libera al profesional de la carga de gestionar áreas que están fuera de su conocimiento principal, permitiéndole enfocarse en lo que mejor sabe hacer: cuidar de sus pacientes. Esta sinergia resulta en una estrategia de visibilidad más robusta, eficiente y segura, que acelera el crecimiento de la práctica al tiempo que mitiga el riesgo de cometer errores por desconocimiento que podrían dañar la reputación o acarrear sanciones.
CONCLUSIÓN INTERPRETATIVA:
Esto va mucho más allá que hacer publicidad. Se trata de conectar tu vocación de médico —servir, educar y ganarte la confianza de tus pacientes— con tu presencia en internet. Al trabajar con expertos en comunicación de salud, tú puedes dedicarte a lo que mejor sabes hacer, con la seguridad de que tu mensaje llegará de forma ética y efectiva.
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